viernes, 23 de octubre de 2009

Artículos de opinión en nuestra revista

MARIHUANA

SE DICE DE MÍ…

Por Lucina Eichelbaum

Hace mucho que se habla de mí y últimamente he sido la protagonista de varios sucesos, discusiones y discordias. Ahora me toca hablar: esta es mi historia. Mi nombre de origen es Cannabis Cannabácea, de la estirpe de las Cannabáceas. También me conocen como “cáñamo”, “marihuana”,“alegría”, “María Juana”, “faso”, “porro/ito” entre otros.
Desde la antigüedad, me utilizaron para fabricar telas y papel; durante siglos fui la más importante fuente de materia prima para la fabricación de cuerdas hasta el desarrollo de las fibras sintéticas; mis semillas, frutos pequeños y duros, han sido utilizadas como comida de pájaros y a veces como comida humana. El aceite que producen mis semillas en el pasado se utilizó para la iluminación y para la fabricación de jabón, y en tiempos más cercanos me utilizaron para la manufactura de barnices, de linóleo y de pinturas.
Mi tallo es simple, derecho, rígido; puede alcanzar hasta dos metros de altura y es de un color verde claro; mis hojas son pecioladas, como manos abiertas con palmas arriba recibiendo el calor del sol; mis flores pueden variar en su color siendo verdosas o violáceas, según la ocasión.
Muchos me han prejuzgado otros me defienden y cuidan mi vida, algunos me quieren ver muerta, algunos me tienen miedo y otros disfrutan de mi compañía, hasta me han dedicado canciones.
Entonces me pregunto ¿acaso piensan que soy mas nociva que esas plantas procesadas que están envueltas en cilindros de papelitos y envasadas en cajitas de cartón? O ¿quizá sea peor que ese elixir que viene en botella de vidrio con etiqueta dorada? o ¿seré tan mala como esas bebidas que tomándolas te sentís un superhéroe? o ¿haré tanto daño como esas pastillitas para sacarse el dolor de cabeza que se consumen como caramelos y que son tanto o MÁS nocivas que yo…?
Yo pienso que mejor que prejuzgar es conocer. Históricamente he hecho una gran contribución a la humanidad; lo único que pido es que me escuchen y cada uno tenga su propia visión.

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