domingo, 19 de julio de 2009

Día del amigo

Les dejo algo muy conocido para que lean; es una historia que nos hace pensar por dos minutos lo bueno que es tener amigos de verdad, de esos que nos bancan en todo momento, de esos que nos escuchan, de esos nos dicen lo que estamos necesitando para ponernos bien, de esos que nos quieren pase lo que pase. Ojalá mañana la pasen joya, como dirían ustedes.


Leyenda árabe

Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron, y uno le dio una bofetada al otro.

El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:

HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.

El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.

Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:

HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA.

Intrigado, el amigo preguntó:

-¿Por qué después de que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:

-Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.

2 comentarios:

Gonzalez Diaz Franco dijo...

Buenísimo texto...
Proverbios, refranes, y frases árabes son las mejores...!!!

Le dejo un texto... Ocasionalmente familiarizado con el tema... y se titula :

Carta a un Amigo

No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y buscarlas junto a ti.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites, estaré allí.

No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.

Tus alegrías, tu triunfo y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.

No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.

No puedo impedir que te alejes de mí.
Pero si puedo desearte lo mejor y esperar a que vuelvas.

No puedo trazarte límites dentro de los cuales debas actuar, pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.

No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parte el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.

En estos días ore por ti...
En estos días me puse a recordar a mis amistades más preciosas.

Soy una persona feliz: tengo más amigos de lo que imaginaba.

Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.

Es lo que siento por todos ellos.

Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea
y la alegría que sienten al verme.

Y yo también siento paz y alegría cuando los veo
y cuando hablamos, sea en la alegría o sea en la serenidad, en estos días pensé en mis amigos y amigas y, entre ellos, apareciste tú.

No estabas arriba, ni abajo ni en medio.

No encabezabas ni concluías la lista.

No eras el número uno ni el número final.

Lo que sé es que te destacabas por alguna cualidad
que transmitías y con la cual desde hace tiempo
se ennoblece mi vida.

Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero,
el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.

Entonces entendí que realmente somos amigos.

Hice lo que todo amigo: Ore...
y le agradecí a Dios que me haya dado la oportunidad
de tener un amigo como tú.
Era una oración de gratitud: Tú has dado valor a mi vida...
(Jorge Luis Borges)

Adriana dijo...

Me encantó Franco. Te agradezco mucho que lo compartieras en el blog. Si uno atendiera a algo de la sabiduría árabe, podríamos aprender mucho. Lo que no sé es si este texto es de Borges. No me suena que él le escribiera a la amistad, pero la cosa es que el texto es muy profundo y muy cierto. Saludos, Adriana